A dos años de la enfermedad de Fidel

LA REVOLUCIÓN SILENCIOSA DE RAÚL CASTRO EN LA HABANA

- Cambiaron los "camellos" poe buses orugas como los del Transantiago
- Ganar plata ya no es pecado...Hay bonos de incentivo para el que trabaja más y mejor
- Raúl Castro pidió contar todas las cosas que se subsidian en la isla...todavía no le responden
- No sólo llegaron los celulares; también los plasmas y los vehículos Volkswagen y Hyundai.
- Aunque están experimentando la más profunda transformación, la prensa sigue "prisionera" de Castro...

Por Lilian Olivares, fotos de Alfonso Díaz, enviados especiales a Cuba

En la Cuba de Raúl hoy circulan los mismos buses oruga del Transantiago.

Mientras Fidel se dedica a escribir nostálgicas historias en el diario Granma -una de las últimas bajo el revelador título "El descanso"-, su hermano cuatro años menor está intentando reparar la incipiente economía de un país que quedó asfixiado y que ahora sólo recibe oxígeno de Chávez..

Muchos cubanos se cansaron de hacer todos los sacrificios que les pidió Fidel, desde que el primero de enero de 1959 llegó al poder, a cambio de una "revolución" sesentera.

Raúl, que interpreta justamente el sentido común y no el carácter "profético" de su hermano mayor, decidió recuperarles dignidad a estos isleños y cambiar los "camellos" que tenían como transporte - una suerte de camiones con rampa- por los modernos buses oruga, que aquí funcionan mucho mejor que el Transantiago. El pasaje vale 40 centavos en moneda local; es decir, 0,25 centavos de dólar ($ 125).

En los paraderos hay menos colas esperando el Metrobús y los cubanos están contentos porque dicen que ahora hay mejor frecuencia y viajan menos apiñados.

Pero la dignidad no se recupera sólo con la locomoción.

Y aunque a los ojos del turista Cuba fascina con la sensualidad a flor de piel de su gente, sus playas, sus antiguas construcciones palaciegas, el mojito en La Bodeguita y el daikiri en el Floridita que celebró Ernest Hemingway, la conversación educada de los cubanos y hasta el talento para vivir del "invento" (como le llaman aquí al "cuenteo"), en la mirada periodística está la otra Cuba: Esa que comienza a experimentar la mayor transformación del último medio siglo, justo cuando conmemora el asalto al Cuartel Moncada, hace ya 55 años, un 26 de julio como ahora, cuando Fidel dio su primer golpe revolucionario, y justo el día en que cayó enfermo (y dejó el poder), hace dos años.

Nadie se atreve a pronosticar si en cuatro o diez años más se hundirá del todo, o si volverá a emerger (dicen que esta "isla corcho" se ha sumergido ya tres veces desde la Creación), tras la desaparición de Fidel.

En La Habana de Raúl la globalización llegó a las tiendas y hasta los televisores plasma están en las vitrinas de centros comerciales tipo "mall", abriendo apetitos nuevos. Pero también llegó a los bolsillos, con todo el impacto mundial por el alza del combustible.

Por eso, hoy los cubanos se están empezando a sentir presionados... a trabajar para ganarse los frijoles. Porque, como dijo el compañero Raúl, "acá se trabaja poco"... y, también lo dijo, de los subsidios se aprovechan demasiado.

Pero en la Cuba de Raúl la libertad sigue siendo un valor no alcanzado. En cada calle, alguien te está mirando...

En esta Habana de hoy, "La Segunda" escudriñó la revolución silenciosa que está impulsando Raúl.

Periodistas se preparan para la libertad...

Viajar a reportear a La Habana requiere de una autorización especial que puede tardar meses... y no llegar jamás. Es por ello que ingresamos con visa de turista, con la idea de obtener el permiso en el corazón de la capital.

La primera acción que debe realizar cualquier reportero al pisar Cuba es presentarse en el Centro de Prensa Internacional. Así lo hicimos. Y después de tres días de trámite, en que incluso debimos llenar documentos y sacarnos una fotografía tipo carnet, nos avisaron gentilmente que la autorización había sido denegada. "La próxima vez soliciten con anticipación desde su país visa de periodistas, nos informan qué quieren hacer y aquí les preparamos todo".

En la isla no hay quioscos con periódicos. Los dos diarios, Granma y Juventud Rebelde (los reparte algún desempleado que pide un peso a cambio, al turista interesado) tienen apenas 10 planas cada uno y parecen una minuta de los planes de gobierno. Pero sí se abrieron dos canales de televisión, nos cuenta -orgulloso- el vicepresidente nacional de la prensa cubana, Antonio Molto, quien asegura que en Cuba necesitan formar 2.300 nuevos periodistas de aquí al 2012, porque se abrirán nuevas emisoras, los municipios deberán tener sus propios centros de prensa (la municipalización se viene con todo en la isla, incluida educación municipalizada) y, dice, hay más de 200 redacciones digitales.

El embajador chileno Jaime Tohá se sorprende al vernos aparecer en su oficina del barrio Miramar y, luego, a las puertas de su casa en el más elegante barrio, Ciboney, el mismo donde el empresario Max Marambio tiene su residencia en la isla.

Tohá nos advierte que en sus dos años de destinación diplomática no ha sabido de algún equipo de prensa que pudiera trabajar sin pase. Recuerda que un equipo de radio Cooperativa había sido expulsado en el mismo aeropuerto, antes de poner un pie en La Habana; en tanto otro, "parece que de Canal 13", fue sorprendido captando imágenes de la ciudad y los echaron el mismo día.

"Yo no puedo darles una entrevista porque estaría actuando en forma ilegal", se excusa.

En cada esquina hay un par de policías. Por eso los cubanos de La Habana se jactan de que la isla es el lugar más seguro del mundo, en términos de delincuencia.

Según Raúl Gómez, un médico cubano más conocido como "César" o Bruce Willis (algún parecido tiene con el actor), las cárceles de la isla están llenas porque la más mínima infracción significa ir preso. Nadie osaría cortarle la cadenita de oro a una persona y salir arrancando. El, cuenta, acaba de salir de prisión por un delito que -asegura-, no cometió: lo acusaron de traficar droga "y yo sólo vendí 43 gramos de lidocaína, haciéndolos pasar por coca. Nunca consiguieron a alguien que dijera que les vendí cocaína, porque no lo hice". Estuvo cinco años y tres meses preso. Cuando lo encontramos, en el restaurante Catedral en La Habana Vieja, celebra con un ron cola (ya nadie pide el trago como Cuba Libre) 11 días en libertad.

De shopping en el "Harris Brothers", ¡un "mall"!

En una librería de textos históricos en La Habana Vieja, una mujer conversa con el encargado:

-Nadie sabe si Fidel está vivo, compañero...

-¡Pero compañera, si estuvo con el compañero Chávez, que lo vino a ver! ¡Hay fotos!

A pocas cuadras está el "Harris Brothers", una especie de mall, en un viejo edificio refaccionado por dentro. Ahí se abastecen los cubanos que tienen acceso al CUC, el peso convertible que inventaron después de la devaluación y que significa que el turista que ingresa a la isla cambia sus dólares pagando un 20% de impuesto o, visto de otro modo, de 100 dólares le entregan en moneda cuc el equivalente a 80 dólares.

En el primer piso hay un supermercado de alimentos. El kilo de carne de res vale 7 pesos cuc. La leche en polvo, 6. El kilo de pollo, 2,70. Y un paquete de fideos, 1,70.

Aquí escasea la Coca Cola light y abunda la TuKola, hecha en la provincia de Ciego Montero.

Lo que más consumen los isleños es fideos con salsa los menos pudientes, y los otros pollo con arroz y frijoles negros. La res es muy cara para todos.

En el segundo piso de Harris Brothers están los locales de ropa. Un joven militar compra una polera roja por 10 pesos. Le preguntamos cuánto gana al mes. Responde, sorprendido, que cien pesos.

Como Raúl acaba de liberar los salarios para que gane más quien produce más, e incluso pidió que se evalúe a los trabajadores para la asignación de sueldos, hay algunos cubanos que reciben un salario en moneda nacional y otra parte en cuc, el convertible que les permite comprar en las grandes tiendas.

Una cartera de mujer como las que venden en Falabella o Almacenes París a $12 mil, aquí vale 33 cuc; es decir, unos 21 mil pesos chilenos. Está al alcance de quienes reciben moneda extranjera...Un taquillero jeans masculino cuesta 24,45 cuc; y uno de mujer, 24,95.

En el tercer piso están los muebles y electrodomésticos. Una tienda de televisores exhibe un plasma. Vale 3 mil cuc. El vendedor confiesa que aún no le compran uno. ¿Y quién es el potencial cliente?, le consultamos. Responde: "Un extranjero que lo regale a su novia cubana, o un artista que gane en dólares".

Sí ha vendido algunos televisores Panasonic de 21 pulgadas, que cuestan 380 cuc. Curiosamente, ésta es la tienda menos visitada del "mall".

Afuera, varias cuadras más allá, la gente se agolpa frente a "Telepunto", el local donde van a regularizar la posesión de sus celulares... la más atractiva "novedad" para los isleños. Es que la mayoría lo ha recibido como regalo de algún pariente radicado en Miami, y quieren habilitarlo.

Las mujeres descubrieron el "placer" de la cirugía estética

Esposa de taxista se hizo una ''lipo'' y sólo pagó con una donación de sangre.

El taxista maneja un Volkswagen con patente azul. Diez años atrás, sólo había vehículos de la década del 50, y los Lada.

Por las calles ya casi no se observan los destartalados autos del estilo que usaban los protagonistas de la película "Los Intocables". Vemos Peugeot, Hyundai Atos y New Accent, Volkswagen... el parque automotriz se ha remozado.

Reinaldo, el chofer, explica las diferencias por el color de las patentes: los cubanos tienen autos particulares con placa amarilla; los vehículos de arriendo para los turistas son de patente burdeo; y los taxistas, azules.

No todos tienen derecho a comprar auto nuevo: sólo quienes acrediten poseer un determinado monto de dinero en el banco. Los demás únicamente pueden aspirar a un vehículo hasta del año 70.

Reinaldo está contento con su trabajo... y con su mujer, recién "recauchada". "Se acaba de hacer una lipoaspiración y se estiró la cara".

-¡¡¿Cierto?!!! ¿Y cuánto le costó?

-Una donación de sangre que yo hice, por si tenían que usarla en la operación. Y como no la usó, quedó ahí.

-¿No pagó ni un solo peso?

-No, acá la medicina es gratis.

Chequeamos la información con una cubana que trabaja en un hospital. Lo confirma. Pero no es llegar y entrar al hospital y pedir un "fashion emergency". Hay que inscribirse en listas que corren más rápido cuando hay un pequeño "regalo".

Hasta las extranjeras lo hacen. Una chilena quedó con rostro rejuvenecido por sólo 100 dólares, que dio como una especie de propina.

Jóvenes tienen apetitos nuevos: padres unidos, casa propia

Alexis y Lian caminan por la cima de un muro de cemento que bordea el mar. Desde ahí, en el sector de El Morro, hay una vista privilegiada de La Habana. Dicen que están acompañando al hermano de Alexis, que pololea con su novia al borde de las aguas caribeñas, en una peligrosa "locación".

Alexis tiene 17 años.

-¿Qué harías si te regalaran cien dólares?

-Me compraría una bicicleta para ir a la escuela, pero no me alcanzaría porque cuesta 115.

-¿Y si un hada madrina te ofreciera un deseo?

-Le pediría que mis papás estén juntos. Se separaron... yo vivo con mi mamá.

Las separaciones son rutina en la isla. Maira, una recepcionista de un hotel, dice que se debe a que los matrimonios no viven solos, sino que usualmente con familiares. "Y los casados casa quieren. No tienen un espacio propio. Hay conflictos y todos se involucran y la relación se deteriora. El hombre se va y ya. No se disputan los bienes, porque no tienen".

Lian, la amiga de Alexis, sueña con un televisor. "Cuando quiero ver un programa tengo que ir a otra casa", cuenta.

A pocos metros, Ana, de 30 años, conversa con su novio argentino. El se siente enamorado de Ana, pero dice que "ella viene con mochila... tiene dos hijos". Al argentino no le gustaría quedarse a vivir en la isla, sino llevarse a Ana a España, donde trabaja en su profesión de ingeniero, pero asegura que está endeudado y no tiene plata para mantener a Ana con sus hijos.

Los sueños de Ana son prácticos: quiere una máquina de coser, una lavadora y una licuadora.

Pero también sueña con algo: una familia estable... de esas que escasean en la isla. Y una casa propia.

El sábado, los muchachos de La Habana van a la playa Santa María, a media hora de la ciudad.

Toman un bus oruga y regresan al atardecer.

Alejandro, 22 años, soltero, estudia en un instituto técnico y antes lo hizo en la Universidad.. "Si tuviera plata me gustaría tener mi propia casa, y un auto, y también poder viajar. Me gustaría relacionarme con gente de otros países, ver cómo viven. Me gusta Cuba, es bonita, uno se divierte, pero yo tengo aspiraciones".

-¿Qué diferencia encuentras que ha habido en Cuba con Raúl en vez de Fidel?

-Raúl está presionando, presionando para que trabajemos más.

-¿Y la revolución?

-¡Qué revolución? No, es importante, pero... tampoco me importa.

A su amiga, Vilma, le ocurre lo mismo. Y responde que si le regalaran dinero "me gustaría operar de la vista a mi abuelita".

-¿Pero aquí no es gratis la medicina?

-La medicina sí, pero para que la operen de cataratas hay una lista muy, muy larga. Si usted manda un regalito, la apuran.

En la playa, grupos de jóvenes juntan plata para arrendar un quitasol y comprar ron. Juegan, se arrojan al mar y se toman fotos... con sus nuevos celulares.

Raúl Modesto Castro felicita a Fidel "por tener un hermano inteligente"

Fidel vive de recuerdos... habla de su atentado en Chile.

Fidel está contento... acaba de tener un largo encuentro con un amigo de casi medio siglo, el escritor Gabriel García Márquez, que anda paseando por La Habana con su esposa.

El Gabo llegó a su casa pasadas las once y media de la mañana y fue tanto el entusiasmo que, por primera vez desde que hace dos años cayó enfermo, almorzó acompañado de un amigo.

A los 82 años se vive de recuerdos... a eso está dedicado el otrora líder de la revolución, hoy el respetado "abuelo" de Cuba.

Recordando cómo conoció a García Márquez, en la columna que publicó en el diario Granma un martes de este mes, titulada "El descanso", hizo memoria incluso de un episodio vivido en Chile. Estaba relatando un incidente sucedido en Colombia para la IV Cumbre Iberoamericana, momento en que se encontró con el Gabo y lo empujó a salir de un lugar porque su escolta le advirtió que corría peligro. Y a continuación escribió:

"Después supe que ocurrió allí lo mismo que cuando en Santiago de Chile una cámara de televisión que contenía un arma automática apuntó hacia mí en una entrevista de prensa, y el mercenario que la operaba no se atrevió a disparar. En Cartagena estaban con fusiles telescópicos y armas automáticas emboscados en un punto del recinto amurallado, y otra vez temblaron los que debían apretar el gatillo. El pretexto fue que la cabeza del Gabo se interponía obstruyendo la visión".

El caso chileno data de noviembre del 71, cuando Salvador Allende lo invitó a visitar nuestro país y Fidel se entusiasmó tanto que, en vez de los 10 días anunciados, se quedó 24. El terrorista anticastrista Luis Posada Carriles, que en ese tiempo trabajaba en la policía secreta venezolana (DISIP), planificó el atentado usando como fachada un equipo de TV carioca que después se arrepintió, según aseguró entonces la policía militar cubana.

Lo que el revolucionario no dice de su pasado

Hay otros hechos, no obstante, que Fidel ha olvidado o no quiere recordar. Como por ejemplo, cuando habla de su amigo el Gabo describe los esforzados orígenes del Premio Nobel como hijo de un modesto telegrafista de un pequeño pueblito, y los contrasta con el buen pasar que tenía su propio padre, Angel Castro (que llegó a poseer grandes fincas), gracias a lo cual, concluye, él se pudo educar en buenos establecimientos (eran colegios católicos). Lo que no cuenta es que el español que llegó de Galicia a Cuba, Angel María Bautista Castro Ortiz, estaba casado con la profesora María Luisa Argota (con la que tuvo cinco hijos) cuando nació él, producto del amor de su padre con una nana de la casa, la cubana Lina Ruz González, con la que tuvo 7 hijos.

Fidel no vivió sus primeros años en la casa patronal, con sus cinco medio-hermanos, sino con sus abuelos maternos. Pasó mucho tiempo antes de que fuera inscrito en el Registro Civil como hijo de ambos, y finalmente doña Lina consiguió que don Angel, ya nacionalizado cubano, se casara con ella.

Esta dolorosa diferencia tiene que haberlo marcado a fuego y convertirse en una bomba que lo impulsó a liderar la revolución más radical de toda América, que hizo que Cuba -la perla de las Antillas- fuera el país con la mayor diáspora política en la historia de Latinoamérica, y que Fidel se transformara en el gran enemigo de los Estados Unidos... hasta antes del ataque de Bin Laden al corazón de Nueva York.

Cambio en las reglas del juego

Para liderar esa revolución puso a su hermano Raúl Modesto en un puesto clave, pero poco lucido: a cargo del ejército cubano. Hoy, Raúl decide aplicar el mismo plan que empleó en las Fuerzas Armadas Cubanas cuando la Unión Soviética dejó de financiarlos. Entonces llevó a las tropas a los campos agrícolas a producir los alimentos. " Primero dijimos que los frijoles eran tan importantes como los cañones. Y cuando la situación se agravó, llegamos a afirmar que los frijoles eran más importantes que los cañones. Algo similar le sucede en estos momentos al país", les explica a los parlamentarios de la isla.

Después de 15 años, dice, "Las FAR (Fuerzas Armadas evolucionarias) siguen produciendo alimentos y ya abastecen al 79% de sus necsidades, ahora mediante 24 empresas agropecuarias militares... la mayoría funcionan, además, con eficiencia y generan utilidades".

Todo esto lo trae a colación, vestido de pantalón beige de tela con fina caída y camisa tipo guayabera entera beige, para persuadir a los parlamentarios que sí se puede. Y que le da mismo las formas de propiedad; lo importante es producir el alimento para los cubanos, ahora que importar los productos esenciales les cuesta el triple que el año pasado.

Raúl Modesto toma té igual que Chávez mientras lee un discurso, juega coquetamente con su edad, y llama la atención tal cual lo hacía Pinochet con la inflexión de su voz: "¡No puede continuar el derroche, la falta de planificación!", ni las "gratuidades indebidas y el exceso de subsidios".

Hay que dar pasos firmes, advierte, "para que el salario recupere su papel". En resumen, "que cada cual reciba según su trabajo".

Los parlamentarios quedan mudos ante la declaración de principios de Raúl. Y este hombre modesto, que sabe que también le queda poco tiempo pero que tiene que contar con el respaldo de los fidelistas, habla de su hermano antes de finalizar el encuentro.

Cuenta que lleva una vida activa haciendo ejercicios, escribiendo, meditando, pensando y leyendo. Y que antes de hablar con ellos le envió su discurso. Fidel le respondió en un plazo récord que estaba "perfecto", a través de una interlocutora.

-Cuando me lo comunican, cosa que me alegró mucho, le dije a la persona que hablaba conmigo que lo felicitara. Ella me contesta: "¿A él?". Digo: "Sí, felicítalo, porque tiene un hermano muy inteligente, y lo aprendió todo de él".

QUE SIGNIFICA HOY

SOCIALISMO EN LA HABANA

"Socialismo significa justicia social e igualdad, pero igualdad de derechos, de oportunidades, no de ingresos. Igualdad no es igualitarismo. Esta, en última instancia, es también una forma de explotación: la del buen trabajador por el que no lo es, o peor aún por el vago".

NUEVAS FORMAS DE PROPIEDAD

"Admito y admiro la gran empresa estatal socialista, incluidas las agropecuarias, y no renunciaremos a ellas. Conozco varias que producen con eficiencia. Lo anterior no niega en absoluto el papel de la cooperativa en sus diversas modalidades y del pequeño agricultor. Todas son formas de propiedad y producción que pueden coexistir armónicamente, pues ninguna es antagónica con el socialismo".

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