"LA ANCIANA COMBATIENTE¨

por Pamela Jiles

Los únicos que no están preparados para convivir con cualquiera que sea distinto a ellos son los señores de la clase política chilena, que son a su vez el brazo armado de la diminuta militancia de "Cartulinos por la Amargura". Entre ellos hay toda suerte de fletos y fletas -ya sé que la palabra es chocante para muchos pero yo la encuentro sonora y bonita-, toda suerte de "gays" -término que me carga- completamente sumergidos en el closet.

¿Pero qué pasa al otro lado de la fuerza? Hay síntomas evidentes de que el mundo popular ve este tema -y todos los temas- de manera opuesta a la clase política: el máximo lider sindical del país se llama Cristian Cuevas, un hombre extraordinario, un dirigente con condiciones que no se daban hace harto tiempo en Chile, y es también homosexual declarado. Cuevas tiene un enorme ascendiente entre los oprimidos, es seguido y apoyado por su gente como un verdadero Espartaco. Esos mineros peludos, toscos, con olor a ala, varoniles en el sentido más clásico y retrógrado del término no han tenido ningún problema en elegir de entre los suyos al mejor y les importa un bledo su condición sexual. Es decir, Chile -el verdadero Chile- está preparado... más que preparado. Chile está requetocontra preparado para ser bien dirigido y bien gobernado, por personas con convicciones y amor profundo por su pueblo.

Por mientras la clase política involuciona en este y todos los asuntos de interés público. Los últimos acontecimientos, referidos a la tuición de dos hijos entregada a un padre homosexual que vive con su pareja, nos muestran claramente que los señores políticos -todos ellos, de centro, derecha e izquierda- no están preparados ni para gobernar ni para representarnos. Los políticos tradicionales callan ruidosamente frente a este caso, silvando y mirando el techo como lo hicieron frente al drama de la jueza Atala.

Aunque prefieren no tocar "asuntos incómodos" y hacen cómo que no existe el hambre ni la miseria ni el dolor ni la tremenda desilusión que arrastramos, en el resguardo de sus salones alfombrados majaderean con que se afectará la vida moral y emocional de los niños al vivir con un padre cariñoso, responsable y dedicado... pero homosexual.

La clase política no está a la altura de los ciudadanos. Su silencio es interesado, busca instalar una mentira: que la homosexualidad es mala y además contagiosa. Ese comportamiento niega a nuestros niños la verdad evidente de que existe una diversidad de personas con opciones sexuales, morales, políticas, religiosas, vocacionales, con visiones de la vida y formas de existir DIFERENTES, todas válidas y respetables. Lo que se intenta es impedir que tengamos el día de mañana más personas pensantes que puedan discernir en base a su propia experiencia y no reiteren monsergas, como por ejemplo : la homosexualidad es antinatura.

Digo altiro que comer con tenedor y cuchillo sí que es antinatura, eso es indiscutible. Y no veo a nadie llamando a quemar en la plaza pública a los que comen con cuchillo y tenedor, ni quitándoles los hijos a las personas que usan cubiertos.

La sexualidad no esta ligada a la reproducción sino también al placer, al amor, al cariño, al apego, a estar vivo. Y sobre todo, la sexualidad está vinculada a la política. La pasión carnal y el poder son los dos grandes motores de la historia humana. También podemos llamarlos EL DESEO Y LA CONCIENCIA, dos viejos amantes que de pronto, inesperadamente, se embarazan. Una preñez extraordinaria. Y entonces es cosa de esperar el tiempo de gestación necesario, los dolores que anuncian el nacimiento, la probable llegada de la partera de la historia humana: la violencia, que debe estar presente en el momento preciso y en la dosis perfecta para no frustrar la epifanía. Estoy hablando de ponerle más atención a aquello que crece en estos días en el útero de esta patria. Mirar y ver lo que está ocurriendo. Esos jóvenes que entraron a La Moneda para exigir el fin de los pactos políticos que se cocinan de espaldas al pueblo. Cinco muchachos que se apoderaron por unos minutos de la casa de gobierno -la que supuestamente le pertenece a los ciudadanos, el presidente de turno es sólo un arrendatario- en una acción relámpago cargada de amor. No los conozco, los vi por televisión. Son hermosos, valientes, decididos. Hicieron una operación perfecta. Probaron que se puede romper el cerco de Palacio, el cerco informativo, el cerco que intenta separarnos de los otros, de los muchos otros, los miles de hermanos que ya iniciaron la marcha, porque no se detienen los procesos sociales ni con la fuerza ni con el crimen. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.

Así va con nosotros el metal tranquilo de su voz, que anunció: "superarán otros hombres este momento gris y amargo". Parece que serán mujeres, sobre todo ellas, y gente muy joven, cabrería. Ellos están alineados ya en el enorme ejército que comienza a gestarse. Tienen armas invencibles. El enemigo les teme, hace como que no los ve porque saben que esa marcha no se detiene. Los poderosos acaban de descubrir que ya nadie los escucha y están preocupados de promover cuadritos "fashion" como Carola Tohá y Andrés Velasco, a ver si pueden remozar su imagen que desde hace rato está con los bonos a la baja. Los "aggiornados" Tohá y Velasco, buenos, bonitos y baratos, la generación de recambio de la monarquía nepotista que tenemos por sistema de gobierno.

El poder sospecha que en cada esquina hay un joven combatiente. Un clamor secreto, dulce, irreductible. Los soldados de ese ejército revoltoso aparecen por sorpresa cuando menos se espera. Tres de ellos son capaces de una emboscada eficiente. Cinco de ellos llevan a cabo sin fallas una operación de propaganda de magnitud nacional. Una de ellos puede desarmar el peinado lleno de laca de una ministra con una jarra de agua. Habrá seguramente zapatazos como el de Bush, habrá funas llenas de humor, habrá colores diversos, habrá una lucha festiva. El asalto al poder no está tan lejos. Algunos días está al alcance de la mano. Hay que celebrar este embarazo de la conciencia y el deseo. Hay que celebrar el temor de los poderosos, su desconcierto, su desesperación, sus malas ideas, su pésimo comportamiento porque el miedo les carcome las entrañas mientras nosotros estamos a punto de parir el hijo real-maravilloso.

Voy a salir a celebrar este 29 de marzo en el Día del Joven Combatiente. Seré una Anciana Combatiente, una abuela rejuvenecida por el ardor del combate, una más, la peor de todas, la más apasionada, la de inferior rango. Allí estaré donde menos se espere, en una calle, en una barricada, en una esquina, en una plaza, porque creo en Chile y su destino.

Nos encontramos entonces.

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