El Volcan Y el PS
El Peripillán Llaima se deja ver entre las nubes. A ratos parece que nuevamente se va a poner a escupir sus lenguas de fuego. Nosotros lo miramos con admiración y emoción desde la cancha del Estado de Melipeuco, desde donde salen los cuatro ríos. Cada vez que asoma el fuego por su cumbre, todos gritamos con entusiasmo, como alentando al Peripillán Llaima a que se rebele y salga con toda su furia. En el escenario instalado en la cancha de Melipeuco, Los Jaivas tocan maravillosamente bien. La gente baila, aplaude, salta, canta. Miro a mi alrededor y diviso a distintos compañeros y compañeras de mi partido. A la distancia nos saludamos, nos hacemos señas de complicidad y de agrado de estar compartiendo ese espectáculo maravilloso.
Los Jaivas dedican Arauco tiene una pena, de Violeta Parra, a la lucha del pueblo mapuche. La gente aplaude y se escuchan gritos de “marricheweu”. La emoción se empieza a apoderar de mí. Pienso: qué bueno ser de izquierda, qué bueno que nos importen las injusticias, qué bueno que Los Jaivas sean de izquierda, qué bien tocan, qué bien cantan, qué respeto hacia el público de este pueblo perdido en la Cordillera que en otros tiempos era parada de contrabandistas de animales.
Mañana estaremos en el Congreso del Partido. Los que allí nos vimos y nos saludamos con alegría y entusiasmo, mañana ya nos sabremos inventar diferencias para confrontarnos y no hacer las tareas que la injusticia nos impone día a día.
Ya es tarde, la noche está clavada justo en la mitad. Venimos de vuelta a Temuco. Mis acompañantes duermen mientras yo manejo. Me hace bien este silencio para pensar en lo pequeños que somos. Tenemos todo, tenemos una música y una historia, tenemos una causa que nos demanda. Pero preferimos perder nuestras energías y nuestro tiempo en querellas inconducentes. Nos peleamos por supuestas diferencia que nadie sabe explicar. Sin embargo, nos armamos de convicción para desacreditarnos, basurearnos y ningunearnos.
Mientras mi vehículo baja raudo de la Cordillera, siento unas ganas enormes de volver a Melipeuco, ahí donde salen esos cuatro ríos, y abrazar a mis compañeros y decirles: aquí están las razones de nuestra lucha, dejémonos de pendejadas, unámonos y luchemos, luchemos porque nuestros hermanos mapuches nos necesitan, porque los excluidos y los marginados nos necesitan, porque nuestro espíritu libertario nos necesita unidos y luchadores.
El Peripilán Llaima seguirá amenazando con salirse de madres, nosotros, sin duda, mañana temprano, otra vez nos vamos a salir de madre. Los vencedores no sabrán para qué habrán vencido y los derrotados no sabrán qué hacer con su derrota. Aunque es muy probable que en Santiago (un amigo mío dice que Dios está en todas partes, pero sólo tiene oficina en Santiago), más de alguno sabrá que hacer con los triunfadores y con los derrotados. Lo triste es que nosotros seguiremos en nuestra querida Región más divididos y más débiles, no por culpa del Peripillán (que por lo menos nos pone en la tele), sino por nuestras propias salidas de madre.
Jorge Romero Fuentes.
Presidente Comunal Temuco
Partido Socialista de Chile
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario